miércoles, 1 de julio de 2015

Venus, Júpiter, alegres vagabundos cósmicos...

Con un grupo de amigos con los cuales nos juntamos a filosofar cada lunes por la noche veníamos siguiendo el derrotero de Venus / Afrodita que, semana a semana, parecía dirigirla hacia su encuentro con Júpiter / Zeus. Afrodita, presurosa, volando hacia la morada de su padre. Como aquella vez en que Diomedes la hirió en el campo de batalla e hizo que partiera llorando a refugiarse en el regazo de Zeus.

Anoche se produjo, finalmente, el encuentro y hoy todavía permanecieron los planetas en cercanía, como si quisieran demorar el momento de la despedida.

Algo que nos perdimos, desde este lugar de la Tierra, fue el merodeo de Venus en torno a Júpiter, que se produjo en el transcurso de nuestra noche, pero debajo de la línea del horizonte.
Sabemos que la palabra "planeta" deriva del griego y que, para ellos, designaba a los "vagabundos". Porque precisamente ésto eran los planetas: luces vagabundas que no se atenían a la marcha armoniosa, cósmica, de las estrellas, sino que variaban su posición en relación con ellas. Precisamente el movimiento que los astros tuvieron a lo largo de la noche de ayer hubiera fascinado a los griegos porque en un momento dado Venus se adelantó a Júpiter, luego se frenó, fue hacia atrás... y hoy apareció como si, simplemente, hubiera seguido un camino rectilíneo ascendente...
Nos queda por ver, en los próximos días, cuál va a ser el camino que va a tomar la siempre presurosa Venus/ Afrodita. Con qué otro dios irá a encontrarse; con qué otro ser vivirá alguna aventura amorosa. E, incluso, quién sabe, si decidirá intervenir en nuestros amores terrestres, tan necesitados de favores divinos para poder llegar a buen puerto o, al menos, para atravesar islas de alegría y placer...


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