miércoles, 15 de julio de 2015

De Eos, Afrodita y los celos a la hora del amor...

Otra diosa vinculada al cielo es Eos, la de las mejillas rosadas. Así la presenta Graves: "Cuando termina cada noche, Eos, la de los dedos rosados y la túnica de color de azafrán, hija de los titanes Hiperión y Tía, se levanta de su lecho en el Oriente, monta en su carro tirado por los caballos Lampo y Faetonte y se dirige al Olimpo. donde anuncia la aproximación de su hermano Helio. Cuando aparece Helio se convierte en Hémera y lo acompaña en su viaje hasta que, como Hespería, anuncia su llegada, sanos y salvos, a las costas occidentales del océano".
Es decir que Eos, la Aurora, busca al sol y, al aparecer éste se transforma en Hémera, el día. Viaja junto a él durante toda la jornada hasta recuperar su color rosado convirtiéndose en el atardecer, Hespería.
¿Por qué es rosa, Eos? Porque es enamoradiza y pudorosa... Se sonroja ante toda posibilidad de amor.
Parece ser que esto se debe a la intervención de Afrodita. Cuenta Graves que "Afrodita se enojó en una ocasión al encontrar a Ares en el lecho de Eos y la maldijo con un deseo constante de los mortales jóvenes, a los que inmediatamente comenzó a seducir uno tras otro secreta y vergonzosamente".
Desde la astronomía, la escena es casi previsible. Porque, precisamente Venus, Afrodita, es el "lucero matutino"y el "lucero vespertino". Es decir, el astro que se destaca en la cercanía del amanecer y del atardecer. Quizá de allí venga la asociación con la diosa del amor. Venus es el astro con el que se encuentra el amante al dejar el lecho al amanecer, y el que lo acompaña al buscar el encuentro de la amada al atardecer... Pero, precisamente, la belleza de Venus Afrodita compite directamente con la del cielo teñido de rosa al alba y al caer la tarde. Sin dudas entre estos seres debían desatarse los celos.
Curiosamente en estos días parece reeditarse la escena que tanto irritó a Venus Afrodita. Porque justamente ahora Marte, Ares, aparece fugazmente al amanecer. Es decir, apenas se lo puede visualizar en medio del cielo que va enrojeciendo anunciando la salida de Helios. Como si Ares hubiera compartido el lecho con la diosa de las mejillas rosadas. Y en un par de meses  la escena va a ser completa, porque al alba van a encontrarse Eos, Marte y Venus...tal como aquella vez en la que la Afrodita lanzó la peor maldición de todas sobre su adversaria... la del amor...garantía de sufrimiento...

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