Ayer, en Parque Rivadavia, tuve uno de esos encuentros
amorosos que se dan una vez cada tanto... un auténtico flechazo. Con un libro,
claro: “El cosmos”, de Plinio el viejo. Se trata de un autor romano, del siglo
I dC. Un libro de 2000 años de antigüedad... una auténtica belleza.
Impresiona la reverencial sabiduría de Plinio. Su pasión por
el Cosmos.
Refiriéndose a Venus, dice: “ Gira por debajo del sol un
astro inmenso llamado Venus que se mueve en dirección alterna y que, de acuerdo
con sus propios sobrenombres, es rival del sol y de la luna. Así que cuando
sale temprano y aparece antes del amanecer recibe el nombre de Lucero, ya que
anticipa el día como otro sol; a la inversa, cuando resplandece por el
poniente, se llama Vespertino como si prolongara el día e hiciera las veces de
la luna (...) Por acción de su naturaleza se originan todas las criaturas en
las tierras, ya que al impregnarse del rocío genital en sus dos nacimientos no
sólo da fecundidad a la tierra sino que además estimula la de todos los seres
vivos”.
Hace algunas noches narrábamos el mito del nacimiento de Afrodita
que la hace surgir del semen esparcido por el miembro amputado de Urano. Pero
otros mitos la hacen nacer de la unión de Zeus y Dione. De ahí que Plinio hable
de un doble rocío genital, que, a su vez, puede asociarse con el rocío del alba
y la primera humedad del anochecer. Momentos de fecundidad en la naturaleza, y
en los lechos de los amantes. De ahí, quizá, que a Afrodita Venus se la asocie
con el amor y la fecundidad...
Espero con ganas tus relatos acerca de las estrellas los mitos y el amor, merecen transformarse en un libro. Gracias Gustavo.
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