lunes, 31 de diciembre de 2012

Nuevos Fastos

“Voy a cantar el calendario ordenado a lo largo del año latino junto con sus causas, y los astros que se ponen y salen bajo la tierra”...
Así comienza Ovidio, el gran Ovidio, su Fastos. Nacido en Sulmona, en 43aC y muerto en Tomos, en 17 dC, el autor de las Metamorfosis se propone escribir una suerte de diario del cosmos, en el que queden registrados todos los eventos -con sus correspondientes referencias tradicionales- que tienen lugar durante un año. Doce libros, proyecta el poeta. Pero, avatares terrenales hacen que la ingente labor quede trunca a la mitad. Comienza su labor el 1 de Enero y la (in)concluye el 30 de Junio. Seis libros, que lo acompañan al destierro, donde, se dice, pierde la voluntad de continuarlos.
Como un mínimo homenaje, dedicamos este blog a Ovidio. Como él, planeamos una aventura de doce meses, que nos ocupe durante toda una vuelta de la Tierra alrededor del Sol. O de un regreso del Sol y las Estrellas a su posición inicial, tal como debe de haberlo pensado el poeta romano.

La noche es una entrañable amiga de la poesía y de la filosofía. Su maravilla invita a la alabanza; pero también convoca al asombro. Las palabras y el pensamiento intentan forjar puentes que conecten a los hombres con aquello que está allí, inexplicablemente, sobre sus cabezas.

En Buenos Aires, durante el último día de 2012 hizo calor. Pero al anochecer una brisa amigable invita a descorchar una sidra más en el balcón. Las nubes, en cambio, no colaboran con la contemplación del cielo. Pero hacen grata la lectura de Fastos y el tecleo de estas líneas.

Año nuevo

Un año -a veces lo olvidamos- es un viaje. Literalmente: el viaje de la Tierra en torno al sol. Desde un punto que más o menos caprichosamente tomamos, hasta casi exactamente el mismo punto. Que el viaje que ahora (re) emprendemos -que esta vez nos regaló, como una agencia de viajes generosa, una noche más- esté poblado de maravillas cósmicas o, lo que viene a ser casi lo mismo, de alegrías barriales, domésticas. Es el deseo que comparto con ustedes, en la última noche del 2012, a minutos de posicionarnos en el punto de largada de una vuelta más...

miércoles, 6 de junio de 2012

Venus y el Sol


Comparto algo que pasó ayer, que creo que les interesará, cuyas consecuencias quizá todavía hoy estemos experimentando...
Desde hace unos meses Afrodita (Venus) viene haciendo un trayecto especial. Pasó unos meses junto a su padre, Zeus (Júpiter), hacia el fin del verano, principio del otoño, y desde allí comenzó a marchar decididamente hacia lo de Apolo (el Sol, que también podría ser Helios). ¿Con qué intenciones? Tratándose de Afrodita no parece difícil adivinarlo...
Pues bien, el hecho es que ayer una vez que Zeus hubo traspuesto el horizonte se produjo el ansiado encuentro: Afrodita y Apolo pasaron la noche juntos y hoy cada cual seguirá su camino...
¿Habrá sido una noche tan agitada que el sol necesitó de unas horas más para aparecer, y por eso nos ligamos el fresquete que tenemos hoy?

Estuve viendo la noticia en algunos medios. Lo único que pareció interesar fue "presenciar el hecho en vivo", sea desde la tv australiana o desde la página de la nasa... (desde nuestro país no se veía el paso de Venus ante el Sol porque, como decíamos antes, sucedió en nuestra noche) Para los medios, los agraciados pudieron  ver "que Venus se movía como un insecto sobre un plato". Esta es la mirada tecnocientífica mediática.Hasta ahí llega nuestra "avanzada" cultura occidental: hasta reducir el encuentro entre Afrodita y Apolo al movimiento de un insecto sobre un plato... ¡Eso sí que es haber progresado! ¡Qué quieren que les diga! A mí me gusta más creer que  Afrodita y Apolo pasaron la noche haciendo el amor, o riendo mientras tomaban unos vinos disfrutando de las horas que tenían para estar juntos...

Abrazo,
Gustavo Santiago