miércoles, 5 de agosto de 2015

Pegaso, Belerofonte... y el pálido mundo de Paléfato...

Una constelación linda para ver en estas noches es Pegaso. Hoy cerca de la medianoche va a estar prácticamente toda sobre el horizonte, acompañando a la Luna en su ascenso. Es una constelación simple, pero clara. No cuesta nada imaginar la cabeza y las patas delanteras del caballo cuando se ve el esquema de la constelación.
Pegaso era un caballo alado amigo de las Musas y uno de los preferidos de Atenea. Su jinete y compañero de aventuras fue Belerofonte, nieto de Sísifo. El momento de gloria de Pegaso y Belerofonte fue, sin dudas, aquel en el que dieron muerte a la Quimera, feroz animal -femenino- con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de serpiente. Dice el mito que "Belerofonte venció a la Quimera volando sobre ella montado en Pegaso, atravesándola con sus flechas y luego introduciendo entre sus mandíbulas un trozo de plomo que había fijado a la punta de su lanza. El aliento ígneo de la Quimera fundió el plomo, que se deslizó por su garganta y le quemó los órganos vitales".
Nutrida de hazañas fue la vida de estos fieles compañeros. Hasta que, la soberbia de Belerofonte acarreó su propia desgracia. Así narra Graves el triste final de esa sociedad: "En la cumbre de su fortuna, Belerofonte emprendió un vuelo al Olimpo, como si fuera inmortal. Pero Zeus envió un tábano que picó a Pegaso bajo la cola y le hizo encabritarse y arrojar a Belerofonte ignominiosamente a la tierra. Pegaso terminó el vuelo al Olimpo, donde Zeus lo utiliza ahora como animal de carga para conducir los rayos; Belerofonte, que había caído en un matorral de espinos, erró por la tierra rengo, ciego, solitario y maldito, evitando siempre los caminos de los hombres, hasta que le llegó la hora de la muerte".

Hace un tiempo hablamos de Paléfato, aquel aristotélico refutador de mitos que a todo le buscaba una explicación racional. La que da sobre Belerofonte y Pegaso no tiene desperdicio. Copio el texto prácticamente íntegro:
"Dicen que a Belerofonte lo transportaba Pegaso, un caballo alado. A mí me parece que un caballo no puede hacer esto jamás, ni aunque tuviera todas las alas de las aves, pues si semejante animal hubiera existido, también existiría ahora. Dicen también que éste mató a la Quimera de Amisodares. La Quimera era 'por delante león, por detrás serpiente, en medio cabra'. Algunos creen que existió semejante bestia, con tres cabezas y un solo cuerpo. Pero es imposible que una serpiente, un león y una cabra se alimenten de lo mismo; y que un ser de naturaleza mortal exhale fuego es una simpleza. Y además, ¿a cuál de las cabezas obedecía el cuerpo?
La verdad es la siguiente: Belerofonte fue un desterrado natural de Corinto, varón principal. Había aparejado un gran barco, navegaba pirateando por las regiones costeras y llevaba a cabo saqueos. El barco tenía por nombre Pegaso (como también ahora todo barco tiene un nombre; a mí me parece que un nombre como Pegaso le cae mejor a un barco que a un caballo). El rey Amisodares habitaba un promontorio elevado sobre el río Janto, a partir del cual se ha formado por aluvión el bosque Telmíside. Este monte tiene dos accesos: el uno ante la ciudad de los jantios, el otro más allá de Caria. Lo demás son precipicios altísimos y en medio de ellos hay una gran sima en la tierra, de donde asciende fuego. El nombre de este monte es Quimera.
Así era entonces, según dicen los lugareños. Por el acceso delantero habitaba un león y por el trasero unas serpiente, que causaban daños a los leñadores y pastores. Entonces llegó Belerofonte e incendió el monte, el Telmíside se quemó y las bestias perecieron. Así, pues, los lugareños decían: 'Belerofonte llegó con Pegaso y destruyó la Quimera de Amisodares'".

Pobre Paléfato... qué mundo seco, despojado, racional aquel en el que se obstina en vivir. Aristotélico, tenía que ser...

Pues bien... con Paléfato o sin él, con Belerofonte o sin él... lo cierto es que Pegaso se luce en el firmamento en las frías noches de invierno...





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