miércoles, 3 de agosto de 2016

Marte no cede

El velo de nubes se disipa, y nos permite asistir a una batalla colosal: Ares, Marte, con su vestuario color sangre, hace frente al Escorpión. Se justifican los minutos en el balcón, una noche helada como esta -hace años que no siento tanto frío- con tal de gozar de esta maravilla cósmica.
Los adversarios se contemplan: el Escorpión, majestuoso, descolgándose desde el zenit mismo, exhibiendo su serpentina cola y ocupando la totalidad de la vista hacia el Oeste; y Marte, casi minúsculo ante él, pero sin ceder en su posición. Se percibe la tensión en esta porción de cielo.
Marte no cede. Mientras nosotros morimos aquí y con los ojos cerrados no vemos más que nuestra nariz.
Lo que mata, en este Agosto, no es el viento norte. Acaso sí la inquietud que  nos mantiene a la espera de una resolución de la tensión.


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