sábado, 23 de octubre de 2010

Las Pléyades


Me asomo al balcón, y las veo. Forman una figura tan simple como bella. Son las siete hermanas, hijas de Atlante y Pléyone: Alcíone, Mérope, Celeno, Electra, Estérope, Taígete y Maya. Palomas que huyen ante el acoso de Orión. Esposas de dioses todas menos una, la hermosa Mérope, de quien se enamorío Sísifo -aquel que nos enseñara a amar la piedra que invariablemente debemos cargar, la piedra que conoce nuestro secreto porque lo forja ella misma, la que nos habla de la futilidad del esfuerzo pero, al mismo tiempo, de su valor-.
Vuelvo a las siete hermanas. Hace frío. Es la una de la madrugada. Me demoro en el placer de verlas elevarse. Me dejo infundir un destello de su serenidad.

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